Cada persona tiene el poder de elegir qué estilo de vida seguir. Nadie marca los pasos de otro, y el estilo escogido será aquel que vaya acorde a tu forma de pensar y de entender el universo que nos rodea. Ser ecológico significa la toma de decisiones y llevar a cabo acciones que vean por el bienestar de nuestro medio ambiente. Por tanto, se trata de cuidar todo aquello que está a nuestro alrededor, de forma que se apueste por la sostenibilidad del planeta. Cuando se habla de ecología, hay un concepto que viene de su mano: el ahorro. Éste es un concepto que forma parte de la espina dorsal de la ecología. Ahorrar en diferentes ámbitos para preservar el medio ambiente, reduciendo emisiones, minimizando el consumo de energía… Todo ello repercutirá en nuestros bolsillos y se podrá ahorrar económicamente hablando para nuestro futuro y por el del planeta.
El ahorro lo podríamos obtener de muchas maneras, como, por ejemplo:
En el hogar: Reducir el gasto de los recursos todo lo que sea posible, como por ejemplo en luz, agua y gas.
Transporte: Si utilizamos el transporte público o medios alternativos como la bicicleta, podemos conseguir ahorros económicos, además de ahorros en contaminantes emitidos a nuestra atmósfera.
En alimentación: El tener un pequeño huerto urbano, si bien, no nos va a salvar de tener que comprar alimentos en supermercados o en tianguis, sí nos hará más conscientes del esfuerzo, tiempo y recursos que conlleva su producción y favorecerá que tengamos una cultura de sólo comprar lo necesario, en lugar de tener continuamente sobrantes.
Quizás algunas de las acciones que puedes tomar hoy pueden implicar una mayor inversión inicial, como podría ser el instalar paneles solares o incluso adquirir un vehículo eléctrico. No obstante, estas acciones definitivamente te redituarán económicamente y ayudarán a garantizar que exista una tierra con condiciones favorables para las siguientes generaciones.