Ser Zero-Waste se trata de reducir al mínimo la cantidad de basura que producimos. Para vivir un estilo de vida respetuoso con el planeta, podemos empezar por hacer cambios inteligentes en nuestras rutinas. En el mercado hay productos que nos ayudan a limitar la producción de desechos y estos son algunos de ellos.
Almacenamiento de alimentos reusable
No es un secreto para nadie que las personas solemos comprar más de lo que realmente necesitamos y cuando se trata de productos perecederos, el desperdicio aumenta debido a su corta vida. Antes de buscar cómo almacenar toda esa comida, es necesario pensar en reducir nuestro consumo.
Sin embargo, hay opciones de almacenaje que realmente son buenas con el planeta y que disminuyen considerablemente la utilización de plástico, por ejemplo, las bolsas de silicona reusables, las envolturas de soya o de cera de abeja que son totalmente lavables y los contenedores de cristal que muchas veces tiramos.
Productos sólidos
Muchos de nosotros utilizamos demasiados productos de tocador, ¡incluso hay rutinas de belleza de 18 pasos! Cómo hemos mencionado en el artículo, el primer paso siempre será reducir la cantidad de cosas que compramos, pero hay productos de los que definitivamente no podemos prescindir.
Entonces, hay que proponernos cambiar nuestros artículos de aseo peronal por una opción Zero-Waste. El champú, el acondicionador, el jabón, el perfume, la crema dental y corporal, el desodorante e incluso el gel o la crema para peinar tienen un sustituto en versión sólida y están tan concentrados que duran mucho más que los productos embotellados, lo que nos ahorra tiempo y dinero.
Usa lo que tienes (o fabrícalo)
Iniciar un estilo de vida sostenible no se trata de correr a casa y tirar a la basura todos nuestros artículos de plástico para comprar Zero-Waste, eso perjudicaría más de lo que podría ayudar. Podemos seguir utilizando lo que ya tenemos e incrementar su vida útil.
Utilizar los frascos de cristal de productos que hemos terminado o los recipientes de plástico que ya tenemos son sólo algunas ideas, pero hay más opciones, cómo convertir las camisetas viejas en paños de cocina, usar los restos de comida para hacer composta o comprar de segunda mano con la mayor frecuencia posible. ¡Se trata de ser creativos!
Cuando lo que tienes se acabe, entonces sí, puedes optar por un nuevo producto ecológico. Sin embargo, asegúrate de que realmente se trate de un producto Zero-Waste. El comercio local casi siempre es una apuesta segura.