Los cambios son parte de los procesos de transformación y crecimiento de la organización y los beneficios se verán directamente reflejados en sus labores diarias.
Es importante considerar que ante procesos de cambio es normal que existan muestras de resistencia en cualquier individuo, las cuales se dividen en 4 etapas:
- Negación. En esta etapa los integrantes pueden presentar altos grados de ansiedad y mostrar dificultades para adaptarse.
- Defensa. En esta etapa los integrantes pueden evitar tener contacto con su nuevo entorno, así como aferrarse a antiguos procesos y creencias.
- Aceptación. En esta etapa existe mayor apertura y disposición, lo que permite que se reconozcan y acepten algunos cambios.
- Adaptación. Finalmente, en esta etapa los integrantes valoran ventajas y desventajas del cambio, mismo que les ayuda a alinearse a una nueva normalidad.
Adaptarse al cambio constituye un proceso de aprendizaje, donde unos requieren más apoyo que otros. Lo fundamental es transmitirle a la organización que los cambios son necesarios para crecer en conjunto y que sólo por medio de la renovación se puede garantizar la mejora continua en un mundo cambiante y acelerado, donde lo que hoy es nuevo, mañana puede ser obsoleto.
Lo único permanente en la vida es el cambio, por lo que, entre más flexibles seamos a éste, nuestra evolución será más fluida y rápida. Aprovechemos la energía del año nuevo para enfocarnos en aquellos puntos que estamos listos para transformar interna y externamente.