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Soluciones a problemas ambientales que sí funcionan

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Si quieres reducir tu impacto, sólo utiliza lo que ya tienes.

Las soluciones a problemas ambientales en la gran mayoría de los casos, no son las mas románticas ni las que mejor nos hacen sentir. Por el contrario, son las que entienden el comportamiento humano y utilizan el afán de lucro y los incentivos como herramientas para motivar a las personas a hacer un uso y desecho responsable.

 

Es el gobierno el responsable de la gestión de residuos y las acciones que se han tomado en países como Suiza, Canadá o Países Bajos son ejemplos de un compromiso con el planeta. Suiza, por ejemplo, ubica contenedores por todas partes y, sobre todo, en zonas transitadas como los supermercados. Además, quién tira basura no reciclable, paga e infringe la ley, mientras que reciclar es gratis y obligatorio. Incluso se eliminó el impuesto por reciclaje en vidrio, textil, plástico, bombillas, papel, aluminio, hojalata, entre otros.

 

En México aún estamos muy lejos de alcanzar estos resultados en materia de gestión de residuos, e incluso, en los últimos años, se han tomado decisiones que retrasan nuestro avance en este tema. Un ejemplo de esto es la prohibición del uso de ciertos artículos plásticos, misma que nos orilla a reemplazarlos por materiales potencialmente más contaminantes.

 

Las bolsas de plástico del supermercado NUNCA fueron de un solo uso, de hecho, según cifras del INEGI,  se trata del producto más reutilizado en México. Al eliminarlas, incrementaron las ventas de bolsas de plástico para basura que son más costosas, lo que encarece la disposición y separación de residuos, sobretodo para los mas pobres.

 

La mayoría de los productos que se hacen llamar “eco-friendly” tienen ese nombre por que es buen marketing. Lo ecológico no es algo que se venda etiquetado y comprar todos los productos que nos venden en el “kit del ecologista” no nos vuelve responsables con el ambiente. Si quieres reducir tu impacto, sólo utiliza lo que ya tienes.

 

Romantizar todo aquello que es biodegradable tiene el efecto contrario al deseado, ya que nos da la sensación de que estamos tomando acciones concientes, cuando en realidad seguimos consumiendo y desechando irresponsablemente, pero ahora sin culpa. En cambio, lo sintético no es necesariamente negativo. Ser capaces de producir materiales sintéticos ha salvado de la extinción a más de una especie. Haber sido capaces de sustituir el aceite de ballena por petróleo en los siglos pasados, nos demuestra que lo que necesitamos son más innovaciones.

 

El planeta no está “enfermo de humanos”, sólo somos la especie que logró evolucionar al modificar su entorno. La cantidad de humanos que habitamos el planeta y la calidad de vida actual es la muestra de ese éxito evolutivo. Aplaudir el progreso no implica dejar de recordar la responsabilidad que tenemos con este planeta y lo necesario que es para nuestra supervivencia hallar maneras más eficientes para conservar nuestro entorno.

 

 

 

 

Fuente: Ramos Jaime, A, Canal de YouTube.

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